Es un tiempo de interrupción, que no suspensión. Esta sería, a mi juicio, la tercera dimensión de lo extraordinario de esta experiencia. Algo nuevo irrumpe, hay algo que atraviesa el COVID 19 sin que sea propio del virus. Una experiencia disruptiva, que desborda nuestra percepción del mundo, nuestras relaciones entre nosotrxs y con el mundo. De forma esquiva, el COVIV 19 nos desvela algo.