Hagamos memoria de la Pasión de Jesús a partir de este ekstasis o alteración colectiva, de lo acontecido estas semanas. Y como aquellas primeras comunidades cristianas, las de los orígenes, proclamemos que algo nuevo ha sucedido. Y tomando las palabras de Pablo expresemos nuestra fe en un único Dios, y en Jesús, su Hijo, sobre una certeza, quizás frágil, y que debemos cuidar entre todos, la de una nueva fraternidad universal. “Por que uno sólo es el pan, aún siendo muchos, un solo cuerpo somos, pues todos participamos de un mismo pan” (1 Cor, 10,17)..
Bilbao, 8 de abril de 2020
DESCARGA la reflexión de Mercedes Arbaiza.